El día internacional de la mujer trabajadora tiene su origen en las protestas que protagonizaron las trabajadoras de la industria textil a finales del siglo XIX. Si bien las condiciones de todas las personas trabajadoras eran duras, el salario de las mujeres era la mitad que el de los hombres.

Desde entonces las cosas han cambiado mucho, aunque la situación actual en España ofrece estos datos:

  • Durante el cuatro trimestre de 2023 el 47,26% de las personas ocupadas en España eran mujeres, representando un aumento de 1,33 puntos básicos más que en el cuatro trimestre de 2022 (Fuente: INE, Encuesta de población activa)
  • El salario por hora de las mujeres representa el 95,1% del salario hora de los hombres al considerar el trabajo a tiempo completo y el 87,1% en el caso de la jornada a tiempo parcial. (Fuente: INE)
  • Las mujeres presentan su candidatura para un nuevo trabajo cuando cumplen el 100% de los criterios de selección mientras que los hombres la presentan si cumplen alrededor del 60%. (Fuente: estudio realizado por LinkedIn), lo que refuerza la existencia del “síndrome de la impostora”, que consiste en dudar de la propia competencia o sentir que no se merece el puesto o el ascenso conseguido.
  • La tasa de temporalidad en el empleo en el cuarto trimestre de 2023 era del 18,9% en las mujeres, 4,7 puntos básicos superior a la de los hombres. (Fuente: INE, Encuesta de población activa)
  • Durante el año 2023, el 63,54% de las personas sin trabajo, disponibles para trabajar y que no han buscado empleo el último mes porque creen que no lo encontrarán, eran mujeres. (Fuente: INE, Encuesta de población activa)
  • En los Consejos de Administración de empresas del sector privado, las mujeres ocupan el 37% de los puestos. Solo el 11% de las presidencias de consejos de administración corresponde a una mujer, lo que pone de manifiesto la existencia del “techo de cristal”.  (Fuente: INE)

La buena noticia es que estos datos son mejores que los existentes hace una década; la mala, es que tenemos que seguir trabajando para que el sesgo existente por razón de sexo desaparezca. De hecho, dentro de los Objetivos de Desarrollo sostenible, la brecha salarial de género no ajustada a las características individuales forma parte del Objetivo 5 y, por otro lado, lograr igual tratamiento de hombres y mujeres y evitar la discriminación por razón de sexo forma parte de la Estrategia Europea de Empleo (EES).